Apenas me queda esta tarde de estar aquí, y , pese a todo lo dicho y renegado, voy a echar esto de menos...

Demasiado silencio, dije una vez. Si, silencio no falta, pero sobrar, tampoco.

Y es que, si no lo habéis vivido, nunca os haréis una idea de lo que es estar sentada en la cama, al ras de la ventana, escribiendo una entrada del blog, chateando con los amigos o simplemente retocando fotos, y oyendo el mar de fondo. En Madrid esto es inconcebible...

Es casi lo que mas voy a echar de menos...porque con mis amigos hablaré por msn y demás, pero el sonido del romper de las olas contra la arena de la orilla, el viento con sabor a sal que se cuela por la ventana abierta o esta calma que me da la fusión de ambas cosas no lo volveré a disfrutar hasta la próxima vez que ponga uno de mis pies aquí. Y me dan ganas de llorar solo con pensar que esto ya se acaba.

A ver, no me malinterpretéis... este verano ha sido un poco infernal, y me muero por llegar a Madrid, ver a mi gente y quedar con unos y otros...pero ahora quedamos aquí 6 contándome a mi, y esta calma que se respira es por lo que no insistí en volver antes...porque sabía que la pesadilla antes o después iba a terminar y llegaría el sueño pacífico en el que ahora estoy. sumida...

GRACIAS, pues, a mis amigos, de allí y de aquí, que estáis ahí siempre cuando necesito hablar con alguien y dejar de fingir...